sábado, 16 de julio de 2011

Películas para la historia "El hombre elefante"

Un eminente cirujano y profesor universitario llamado Frederick Treves (Anthony Hopkins) descubre en una feria ambulante a un joven (John Hurt) que es utilizado vilmente como espectáculo de freaks.
Su nombre es el de John Merrick, un personaje deforme a causa de un accidente sufrido por su madre con un elefante en tierras africanas cuando aquella se encontraba embarazada.
Merrick, un ser que derrocha amabilidad y bonhomía con la gente que le rodea, intentará ser ayudado en su inhumano sufrimiento por el caritativo médico.

Sensacional película llena de emotividad y efusión afectiva. David Lynch (en su segundo largometraje tras "Eraserhead") utiliza aquí su trazo más sensible para dibujar con mano maestra la triste vida de John Merrick, dramatizando el caso real hasta extremos harto dolorosos, dolor que van padeciendo con el personaje principal los propios espectadores (hasta tal punto está conseguido el sentido de la compasión y desconsuelo que desprende la extraordinaria caracterización de John Hurt).

El ambiente decimonónico está maravillosamente conseguido por parte de una fotografía en blanco y negro repleta de claroscuros obra de Freddie Francis, un veteranísimo operador y director de cine que había trabajado con asiduidad para los legendarios estudios Hammer.

La agria e irreal atmósfera lograda por Lynch y Francis crea un afligido y sombrío cuento victoriano que destapa con gran habilidad su mensaje de tolerancia y respeto con escenas y planos sobrecogedoramente efectivos: el Dr. Treves llorando hiératicamente cuando contempla por primera vez al "hombre elefante" mientras la cámara se acerca sutilmente a su rostro y de fondo se escuchan las voces hostiles que rodean al mal llamado monstruo; la secuencia en casa de la familia Treves; momento en que el médico le presenta a su esposa y ésta escucha mientras toman el te a John Merrick hablar sobre su difunta madre sin aguantar el llanto que interrumpe su mansa voz en una escena que muere en un suave fundido; y, sobre todo, la estremecedora secuencia ocurrida en la estación de tren, cuando Merrick es acorralado por una muchedumbre violenta y desesperado grita "No soy un animal.......soy un ser humano........soy un hombre.." al mismo tiempo que sus palabras van perdiendo fortaleza.

Un cálido hogar y amigos eran dos de las cosas básicas que necesitaba un ser humano distinto en apariencia, quizá feo...pero idéntico y bello en su interior...y eso es lo único que verdaderamente importa.
Magistral tacto narrativo y magistrales actuaciones de Anthony Hopkins y John Hurt.
La película obtuvo ocho nominaciones al Oscar sin ganar ninguno (de manera injusta Freddie Francis no estuvo ni tan siquiera optando a la estatuilla).
http://youtu.be/G6Kspj3OO0s