martes, 13 de marzo de 2012

Películas para la historia. Hombres errantes.

Hombres errantes (Lusty Men, 1952), es una obra extraordinaria. Pocas películas cuentan, con la inocencia y la claridad de Nicholas Ray, el sentimiento de volver al hogar. La escena en la que Jeff McCloud (Robert Mitchum) serpentea bajo su casa, después de veinte años, para sacar un viejo revólver de juguete y un cómic, refleja como ninguna, la esencia de retornar a casa. Jeff McCloud es una estrella del rodeo en decadencia, que regresa al pueblo en el que creció para intentar rehacer su vida. Su destino se liga al de una joven pareja de casados, Wes y Louise, interpretados por Arthur Kennedy y Susan Hayward. Cuando Wes, influenciado por la figura de Jeff, decida probar suerte en el rodeo, la tensión entre la pareja, y los recelos y el orgullo entre los dos hombres, harán saltar por los aires la relación. Hombres errantesLa película hace hincapié en esos temas que tanto gustan a Ray: la búsqueda de un hogar, la recuperación de las raíces y de la autoestima perdida, y sobre todos ellos, el amor redentor. De la película destaca el excelente montaje, que mezcla imágenes reales del rodeo con las imágenes rodadas, y que dan como resultado una atmósfera dramática, donde se combinan la tensión y el espectáculo. Es la historia de hombres que se caen y se levantan, de amores imposibles y de intereses egoístas, que se mezclan con el derribo del novillo, la monta de caballos salvajes y la tira del lazo. En palabras de Nicholas Ray: "Hombres errantes es una historia rodada con la ciencia del instinto y con la capacidad de reacción de los actores". Hombres errantes no es un western, trata de personas que aspiran a tener un hogar propio. Esa era la gran aspiración y la gran búsqueda americana en el momento en el que la película se hizo.

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